Con este artículo queremos empezar una serie de artículos en el apartado de nutrición sobre determinadas enfermedades y/o patologías y los alimentos que pueden resultar beneficiosos en su tratamientos o perjudiciales o incluso agravar la enfermedad.
Pensareis que gran parte de las enfermedades no tienen mucho que ver con la alimentación, pero os diré que cuerpo solo tenemos uno y de cómo lo cuides, lo nutras, lo protejas o lo dañes dependerá en muchos casos tu estado de salud en el presente y en el futuro.
En este caso abrimos la serie hablando de la artritis reumatoide y la influencia en la alimentación. Quien más o quien menos ha oído hablar de ella, bien sea porque la tiene algún familiar, alguien cercano o conoce algún caso, pero cada vez más gente la padece.
Para centrarnos, la artritis reumatoide es una enfermedad inmunológica, lo que quiere decir que nuestro propio sistema inmunológico ataca al tejido sano por error. Produce una inflamación de las articulaciones y tejidos circundantes. Se puede presentar a cualquier edad pero lo más común es en la mediana edad y en mujeres más que en hombres. Las muñecas, dedos, pies, tobillos y rodillas suelen ser las articulaciones más afectadas.
Si quieres saber más al respecto pincha aquí https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000431.htm
Como es lógico esta enfermedad suele llevar un tratamiento médico de por vida para frenar la porosidad del cartílago y la posible deformidad articular, pero en muchos casos no se tiene en cuenta la alimentación, que vale que no sea un paracetamol, pero que puede ayudar a disminuir los síntomas o a aumentarlo, estamos seguros.
Aunque los investigadores aun no encuentran “la pócima mágica” que la cure, varios estudios parecen demostrar una conexión entre ciertos alimentos y la inflamación que caracteriza este trastorno inmunológico. Como ejemplo de estas investigaciones estaría:
“American Journal of ClinicalNutrition” tras en ayuno intermitente o dietas veganas sin gluten aparecen mejoras.
“American College of Reumatology” después de nueve meses de dieta vegana sin gluten la mitad de pacientes mejoraron.
Además, cada vez existen más ensayos clínicos que muestran los beneficios de las asesorías nutricionales adaptadas a enfermedades autoinmunes.
La eliminación del trigo en la dieta produce mejorías en la mayoría de enfermedades autoinmunes como la celiaquía, la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa y la artritis reumatoide. Pero las recomendaciones de eliminar el trigo de la dieta tan solo están descritas para la celiaquía.
El hecho de unión, o el nexo que existe entre esta enfermedad y la alimentación radica en el intestino. Las personas con artritis reumatoide producen más anticuerpos contra alimentos como el trigo, la leche o el queso y la carne de cerdo (en ese orden), que una persona sana.
Entonces…¿Por qué el sistema inmune actúa destruyendo nuestras propias articulaciones?
Las proteínas tanto del trigo como de la leche hacen que el intestino tenga una alta permeabilidad, permitiendo el paso de péptidos (aminoácidos unidos) al torrente sanguíneo, y no debería de ocurrir, por ello el cuerpo actúa con el sistema inmunitario a eliminar estos péptidos de la sangre. El problema radica en que el tejido articular tiene péptidos similares a los lácteos y es entonces cuando nuestro propio sistema inmunitario falla destruyendo nuestro propio tejido articular.
Por lo tanto, recapitulemos, si queremos mejorar la artritis reumatoide, debemos de intentar reducir la permeabilidad intestinal, que es la que desencadenará que nuestro sistema inmune destruya nuestras articulaciones. Si aumenta la permeabilidad del intestino, aumenta con ella la probabilidad de brotes de la enfermedad.
El problema a la hora de eliminar el trigo de la dieta es que está muy presente en la mayoría de dietas de la sociedad, galletas, bollería, pasta, bocadillos… Al igual que los lácteos, leche en el desayuno, queso o yogur de postre.
En rasgos generales, lo más saludable para estas personas, sería recurrir a la dieta mediterránea, basada en alimentos de origen vegetal, aceite de oliva y pescado.
RECOMENDACIONES |
CONTRAINDICACIONES |
Aceites ricos en omega 3: Aceite de oliva, de maíz, de soja y de linaza. |
Grasas saturadas ni grasas trans: comidas rápidas, procesadas, bollería. |
Verduras y hortalizas: Las más recomendadas son; coles, coles de Bruselas, lechugas, brócoli, apio, acelgas, pepinos, espárragos, zanahorias, calabaza y calabacín. |
Azúcar: bollería, productos procesados… |
Frutas, frutos secos y semillas: Manzana, pera, melón, plátano, fresas, cerezas, sandía, aguacates, naranjas, mandarinas y pomelo. Frutos secos sobre todo las nueces. Semillas de lino y sésamo. |
Trigo: pan, bollos, galletas, muchos cereales… |
Suplementos de vitamina D3 |
Leche y derivados: leche, queso, yogur… |
Toma el sol |
Embutidos |
Entrenamiento de fuerza |
Carnes rojas |
Esperamos que os haya resultado interesante y que si conocéis a alguien que la padezca, lo compartáis o se lo hagáis llegar.